Marriage Story

La historia de un matrimonio, contada desde la ruptura. Se cuenta algo de todo lo bueno que pasaron, a través de flashback al comienzo de la peli, justificados por un escrito que ambos tienen que hacer, relatando lo bueno de cada uno. Así nos sumergimos en los puntos fuertes de cada uno y simpatizamos con ellos.

Para que luego todo se venga abajo. Si ese escrito hubiera sido leído a tiempo… pero no, uno de ellos se negó a hacerlo, y por ende el otro también, en la mismísima sala que los convocaba para arreglar los conflictos. Una especie de terapeuta de parejas.

Pronto vienen los abogados, y lo que parecía algo sencillo, se torna, como siempre en algo complejo.

Puede parecer, al que nunca ha vivido un divorcio o similar, que las cosas se le escapan de las manos, pero es que no puede ser más real. Todo se desmorona, y todos los defectos salen a la luz. Pasa en las películas y pasa en la vida.

Las broncas suelen modelar nuestros pasos y nos mandamos errores y decimos cosas que lastiman.

Lleva tiempo que todo se acomode.

La historia está muy bien contada, y tenía todos los elementos como para que a mí me llegara hondo, pero por alguna razón que desconozco, me pareció buena pero no buenísima. No sé qué me faltó, pero algo faltó. Quizás más de cada uno, a nivel emocional, cuando estaban separándose, a cómo vivían esa soledad, que suele ser muy cruda.

Como broche de oro, la peli cierra (no voy a decir cómo) pero de una manera muy acertada, haciendo qué nos hagamos preguntas de cuando es el momento ideal para cada cosa, y como a veces, inmersos en el conflicto no vemos o no actuamos como deberíamos o como sentimos más hondo. Porque las broncas vienen a raíz de que algo se rompe. Algo que no queríamos que se rompa. Si no, no habría broncas.

Aun cuando no hay vuelta atrás, pensar en esto, puede ayudarnos a ver que ese proceso doloroso, lo están pasando ambos. Aunque no parezca. Un duelo, que deben pasar, y que ninguno quiere pasar. De ahí las broncas.

Véanla, merece la pena.