Idealizamos al amor. Solemos darles cualidades fantásticas. Lo cierto es que hay un sinfín de razones por las que un amor puede no funcionar.
Historias repetidas, dicen en la misma peli sobre otra peli, y sobre ellos mismos.
A veces es la distancia, a veces la edad, a veces la culturas, a veces la religión. Maneras y maneras de separar aquello que quiere estar junto. Y a veces esas cosas pesan tanto y son tan fuertes, que lo logran.
De eso trata la peli, de amores a contra corriente. No llegamos a nada y llegamos a todo en esta peli más bien contemplativa, con pensamientos e imágenes. Unas imágenes hermosas, por cierto.
Hablar de amor, siempre es difícil. Hablar en profundidad de las cosas lo es. Pero el amor esta tan manido, tan hablado, tan estereotipado, que suele costar bastante hacer películas románticas acertadas. Creo que esta peli lo logra. Con sutilezas. Con pequeños detalles. Con grandes y lindos planos.
Dos mundos opuestos, dos futuros opuestos, y allí están ellos, sin embargo, conociéndose.
Es cierto, que el truco por el que se conocen está quizás un poco visto y resulta un poco forzado, pero lo perdonamos, porque la delicadeza con lo que cuenta todo lo demás está super bien tratada.
No habla de fotografía, como se puede pensar, aunque esta la foto incluida, y con mucho sentido en varias de las escenas. Habría que ahondar en cada una para sacarle realmente el jugo a esta puesta en escena.
Esta también el cine, como decía antes, se habla de la peli, hablando de otra.
Un cierre digno, para un tratamiento específico, que no buscaba más que eso, retratar algo de manera sencilla, con la mínima cantidad de palabras posibles, como lo hace la foto. Cómo lo hace el cine, cada tanto.
No es que reniegue de los buenísimos diálogos que tienen algunas pelis, pero si hay muchas, como en esta, que son los precisos, y eso también habla del amor del que se trata.
No quiero spoilear mucho, solo sepan que verán una peli lenta, de hora y 40 minutos, pero que vale la pena.