Traducido el título de diferentes formas, que mejor ni escribirlas.
Al Pacino siempre me deleita. Sea como sea la película.
Verlo en un papel acorde a la edad, me gusta aún más. No me va cuando los
actores hacen papeles queriendo parecer más jóvenes, más fuertes, etc.
Acá tenemos un romance, locura, y el final.
Un romance con una joven que siempre lo ha idolatrado. Pero
consigue estar con él, cuando ni a ella creo que le importa. Toda la película
esta vista desde el punto de vista de Al Pacino. Y a propósito no nos deja ver
muchos de los sentimientos de nadie más. Porque él no tiene claro nada, ni lo
que pasa a su alrededor, ni lo que pasa dentro suyo.
Lo que, si sabe, es que se está muriendo su don, el don por
el que vivió. Aquello que sabe hacer.
Actuar. Y ¿qué pasa entonces? ¿Qué pasa cuando todo lo conocido deja de
parecernos cotidiano y empieza a resultar ajeno, extraño, de otro, todo aquello
que era nuestro?
Lo poco que era de él, empieza a desvanecerse y su obsesión
por la actuación, se mezcla con sus delirios, su locura, sus intentos de
suicidio, en una mescolanza, de la que participa el espectador. Esa mescolanza,
es el mayor acierto del filme. Bien lograda, y justificada en el guión.
No es la gran película, pero me gustó. ¡Al Pacino, siempre
grande!